Cinco estrategias para cuando la terapia se estanca

Cinco estrategias para cuando la terapia se estanca

Todos hemos tenido momentos, a veces casos completos, en los que la terapia parece atascada, nuestras ruedas giran en el barro, sin poder obtener ninguna tracción. Cuando la terapia se estanca, generalmente se debe a que, centrados por completo en las emociones negativas generadas por el problema en cuestión, perdemos nuestra capacidad de usar nuestras habilidades para encontrar otras formas de pensar y responder.

Ampliar nuestra visión y abrirnos a otras posibilidades puede presentar un enorme desafío, pero alcanzarlo puede ser más fácil de lo que pensamos, particularmente con la práctica. Para determinar si estás en ese momento de estancamiento, hacete las siguientes preguntas y considerá las sugerencias para dirigirte hace un modo de pensar más creativo.

 

La trampa de los sentimientos

¿Te estás enfocando demasiado en los sentimientos del paciente y muy poco en los desencadenantes que los provocan?

Sin dudas, es importante saber cuáles son los sentimientos que atraviesa nuestro paciente, validarlos y contextualizarlos. Sin embargo, en lugar de seguir dando vueltas alrededor del pozo sin fondo de los sentimientos, generalmente es útil averiguar qué está causando los sentimientos e intervenir allí.

Entonces, el primer principio para hacer avanzar la terapia estancada es reconocer que los sentimientos no son una realidad última, sino solo señales importantes, como las luces de advertencia en el tablero de un automóvil. Lo importante no es la luz en sí, sino lo que hace que la luz se encienda. Si la luz de aceite de su automóvil se niega a apagarse, no tiene sentido estudiar la luz; hay que echarle aceite al motor y ver si se apaga la luz. Los sentimientos son señales útiles que ofrecen retroalimentación instantánea sobre la efectividad de la terapia, pero las intervenciones deben dirigirse a otra parte.

 

La trampa del juicio

¿Es posible que vos o tu paciente estén distraídos por los juicios sobre los problemas?

Como si tener sentimientos negativos no fuera suficiente, muchos pacientes critican su sentir, lo que los lleva a sentirse aún peor. “¡No deberías sentirte mal!” “Estás siendo un tonto”. “¿No puedes ser un hombre y ‘aguantarte’?” Cualquier juicio agrega dificultad a la situación, alejando aún más a los pacientes de sus problemas y de las posibles soluciones.

Siempre que un cliente describa sus sentimientos como “malos”, puede ser útil señalar que estos sentimientos son válidos y tienen alguna razón de ser. Al igual que la luz en el tablero, indican que algo necesita atención. Las personas que nacen sin receptores del dolor dañan continuamente sus cuerpos porque carecen de retroalimentación vital. Incluso cambiar una descripción de “malo” a “desagradable” puede redirigir la atención de tratar de eliminar el sentimiento, como hacen los adictos y muchos otros, para resolver el problema que lo causa.

 

Escapar de la tiranía del lenguaje

¿Tus conversaciones están demasiado dirigidas hacia la comprensión verbal de los pacientes y demasiado poco hacia sus respuestas no verbales?

Es fácil quedar atrapado en la descripción o discusión consciente de un problema, pensando erróneamente que esto ayudará a resolverlo. Pero si dirigís tu atención solo o principalmente hacia las palabras de los pacientes, generalmente estás perdiendo el tiempo, porque la información más relevante se está comunicando en el tono de voz, la cadencia, los movimientos, las expresiones faciales, la postura, la respiración y otros. 

Si no obtenemos una respuesta útil por parte de un paciente, podemos esperar a que ocurra naturalmente (lo que podría llevar mucho tiempo), o podemos variar el comportamiento hasta que logre obtenerlo.

 

El poder de presuponer e implicar

¿Estás realizando demasiadas intervenciones directas en lugar de intervenir de manera indirecta?

Una habilidad que los terapeutas ignoran con demasiada frecuencia es la capacidad de usar el lenguaje de manera que provoque respuestas no verbales y cree cambios repentinos en los sentimientos y la actitud.

Los profesionales tienen poco entrenamiento en el uso del lenguaje, por lo que no aprenden a detectar y usar presuposiciones e implicaciones de una manera dirigida para obtener comportamientos específicos. Es importante entrenarse en estas habilidades.

 

¿Es hora de usar un poco el humor?

¿Vos y tu paciente cayeron en la sombría trampa de la seriedad?

Las bromas y el humor tienen el poder de sorprender y desequilibrar a las personas, sacándolas de su mentalidad negativa sin amenazar su nivel de comodidad. El humor, por su naturaleza, cambia la perspectiva y altera la atención.

 

En conclusión…

Cuando recordamos que las experiencias que causan sentimientos son importantes, que los juicios son distracciones inútiles y que los intercambios, presuposiciones e implicaciones en su mayoría no verbales integrados en la comunicación son medios poderosos para promover el cambio, la terapia puede convertirse en una experiencia mucho más liberadora. El éxito de la terapia generalmente depende de nuestra capacidad para demostrar más habilidad y conciencia al usar las cualidades de la comunicación humana para ir más allá de la visión de túnel que puede detener la terapia.

 

((FUENTE: https://www.psychotherapynetworker.org/blog/details/769/five-strategies-for-when-therapy-is-stuck))