¿Cómo lograr que la terapia se mantenga?

¿Existe alguna manera de hacer que la terapia sea más memorable para los pacientes?

¿Qué hacen los terapeutas expertos para conseguir que la terapia genere una diferencia significativa para los pacientes?

Estas son tres maneras posibles de hacer que la terapia se mantenga:

1) El espacio entre sesiones 

Muchas personas necesitan más que una hora una vez a la semana para trabajar en su terapia. Eso no necesariamente implica aumentar la frecuencia de las sesiones, pueden utilizarse otros recursos efectivos. Por ejemplo, algunos terapeutas envían recursos como notas, artículos, podcasts, libros o apps móviles que pueden resultar útiles para consultar entre sesiones. También muchos terapeutas animan a los pacientes a que envíen correos electrónicos entre sesiones con cualquier cosa que consideren importante o cualquier cosa que surja durante la semana. 

Mantener una línea abierta de comunicación con los pacientes tiene otro propósito: permite a los terapeutas presentarse en las sesiones listos para hacer que los 50 minutos de sesión tengan un propósito y sean valiosos. Los expertos aseguran que es importante aclarar al paciente de la importancia de este recurso: es una forma de que aprovechen al máximo las sesiones y una forma de mantenerse conectado con el terapeuta.

2) La claridad en los objetivos

Cada sesión cuenta. Entonces, ¿qué hace que cuente? Entre otras cosas, los terapeutas expertos señalan la importancia de ser muy claro con los pacientes sobre el resultado deseado, “comenzar con el final en mente”. Una buena pregunta podría ser: “Si la sesión de hoy va a ser realmente útil, ¿qué debe ser diferente para vos al final de esta hora?”. Por lo general, esto genera que terapeuta y paciente se muevan fielmente hacia estos resultados deseados a lo largo de la sesión. 

3) Frenar y mirar la terapia 

No todos los pacientes están listos para hacer el trabajo necesario para lograr un cambio en sus vidas. Muchos no tienen idea de qué es la terapia, cómo funciona o cuánto tiempo, energía e inversión se necesitan para lograr sus objetivos. En la primera sesión, es importante que el terapeuta explique cómo utilizará su tiempo y energía en las sesiones, y el trabajo que deberá realizar dentro y fuera de la terapia. Brindar esta claridad ayuda a los pacientes a comprender mejor lo que deberán hacer para tener éxito. Es el trabajo del paciente y el deseo de cambio lo que también hace avanzar el proceso terapéutico. 

Con el avance de las sesiones, puede ser útil que el terapeuta involucre la curiosidad empática mediante el uso de revisión y modificación de objetivos, de manera frecuente y continua; esto ayuda a los pacientes a sentirse validados. Les ayuda a ver cómo la terapia y su propio trabajo proporcionan un progreso incremental hacia sus objetivos. 

Centrarse en dónde está el paciente en todo momento durante el proceso terapéutico es una parte importante para mantener su compromiso. La conclusión es que las necesidades del paciente son lo primero, y es responsabilidad del terapeuta empoderarlo para que se sienta involucrado en la terapia y sea dueño de sus éxitos. 

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