La primera sesión de terapia: ¿Cómo romper el hielo?

La primera sesión de terapia: ¿Cómo romper el hielo?

Se dice que las primeras impresiones lo son todo. Para los terapeutas, las primeras presentaciones con los pacientes pueden ser momentos decisivos que influyen en las próximas sesiones y en el tratamiento en general. ¿Cómo romper el hielo y construir una buena relación desde el primer momento? 

1) Nunca subestimes el poder de las conversaciones triviales

Las conversaciones triviales pueden funcionar perfectamente como rompe hielos. Eso puede variar según el día, el contexto, el paciente. Por ejemplo:  Preguntar si le resultó bien llegar hasta el consultorio, hacer referencia al tránsito o al clima. Muchos terapeutas piensan que este tipo de conversación puede interferir con establecer el tono correcto, pero los terapeutas expertos suelen coincidir en la importancia de estos primeros acercamientos para la construcción del vínculo.

2) Crear un espacio compartido (incluso en la teleconsulta)

Las primeras experiencias de los clientes en terapia muchas veces determinan si regresarán y cuánto estarán dispuestos a revelar. Debido al contexto de pandemia, muchos terapeutas comenzaron a trabajar por teleconsulta y muchos eligieron seguir haciéndolo (total o parcialmente) una vez que las restricciones comenzaron a ceder. Las sesiones por teleconsulta requieren que prestemos especial atención a la creación de un entorno que permita que los pacientes primerizos confíen en nosotros. La buena noticia es que crear este entorno es muy posible.

En las primeras sesiones por teleconsulta, es recomendable saludar al paciente por su nombre, presentarnos y compartir la gratificación que nos genera verlos. También preguntar dónde están y si hay alguien más en la habitación con ellos, solo para garantizar su privacidad. A continuación, podemos ofrecer una idea de lo que haremos en esta primera sesión y en las siguientes. Muchas veces también es importante compartir un poco sobre nosotros y nuestras modalidades.

Desde el principio, es importante ayudar a los pacientes a comprender que la terapia es un espacio compartido, incluso si no estamos en la misma habitación. Las intervenciones que muestran a los pacientes por adelantado lo que podría implicar parte de nuestro trabajo son extremadamente importantes. Nuestros pacientes nos eligen por lo que somos y lo que tenemos para ofrecer, y merecen experimentar eso, independientemente de si nos reunimos en persona o virtualmente.

3) Menos entrevista, más conversación

En las primeras sesiones, muchos pacientes pueden mostrarse desconfiados, cautelosos, impredecibles o, a veces, incluso hostiles, sobre pacientes adolescentes. Esto es algo importante a identificar porque el miedo y la ira pueden ser contagiosos. 

Durante la entrevista es importante evaluar las respuestas no verbales e intentar responder a ellas reflejando interés y preocupación. Los adolescentes a menudo están bastante atentos cuando se les explica la confidencialidad y sus límites. Si logramos contacto visual en esta etapa, es importante responder cálidamente. Una vez que los padres entienden lo que mantendremos y lo que no mantendremos en secreto, se les pedirá que esperen afuera. Luego, dirigiremos toda la atención al adolescente. Ahora que estamos solos, me alejaré de los problemas que lo trajeron y me concentraré en su experiencia: ¿Cómo se siente al estar aquí hoy? ¿Ha visto alguna vez a un terapeuta antes? ¿Cuándo supo que iba a venir? ¿Qué piensa él de la terapia? ¿Ha tenido otras experiencias con adultos en roles de ayuda?

Luego, es importante cambiar el guion y me enfocarse en sus gustos y fortalezas. Podríamos hacer preguntas como: “¿Qué te gusta hacer para divertirte?” “¿Qué dicen tus amigos de vos?” O “¿Qué tipo de música estás escuchando en este momento?”. Podríamos mencionar algo que escuchamos sobre su artista favorito y compartir un poco de nuestros gustos para ayudarnos a conocernos, lo que prepara el escenario para una mayor apertura y honestidad más adelante. Cuanto menos pueda hacer que esta parte se sienta como una entrevista y más como una conversación, mejor.

Solo entonces profundizaremos un poco más. Podríamos decir: “¿Te parece bien si te hago algunas preguntas para conocerte mejor? Primero, ¿te gustaría hablar sobre los problemas que mencionó tu mamá o alguna experiencia previa con la terapia?” 

Tanto a los adolescentes como a los pacientes desconfiados, debemos demostrarles paciencia y respeto por sus pensamientos, emociones y comportamientos desde el principio.

((FUENTE: https://www.psychotherapynetworker.org/blog/details/1755/how-i-start-my-first-session))