En un contexto donde la salud mental parece quedar rezagada frente a la sobrecarga emocional colectiva, muchas personas recurren a ChatGPT buscando consuelo, orientación o acompañamiento. Así lo retrata el episodio del 13 de agosto de 2025 del podcast “Hoy en EL PAÍS”, que escucha en muchos el vacío que las terapias tradicionales no alcanzan a cubrir.
Según una encuesta realizada en EE. UU. por Tebra, el 80 % de quienes consultaron con ChatGPT simularon que les hacía bien como alternativa a la terapia tradicional. Este fenómeno surge en un escenario en el que 4 de cada 10 personas en España reportan mala salud mental, y donde el acceso a terapia privada no siempre es viable.
¿Por qué ocurre?
- Disponibilidad inmediata: ChatGPT está disponible 24/7 y no requiere turnos previos, lo que resulta especialmente atractivo en contextos de urgencia emocional.
- Sensación de contención: Muchos describen sentirse escuchados y entendidos, incluso se dirigen al bot como un confidente. Estudios recientes muestran que el uso frecuente de chatbots puede reducir el malestar por momentos, aunque también generar cierto aislamiento o dependencia
- Empatía aparente, empatía limitada: ChatGPT puede responder con afecto o validación, pero carece de la comprensión profunda, matizada y ética que aporta un terapeuta humano. Su tendencia a “decir lo que el usuario quiere oír” puede resultar reconfortante, pero también peligrosamente engañosa.
El panorama más amplio
- Beneficio inmediato, pero no sustituto clínico: Hay datos que indican mejoras en ánimo y soledad al interactuar con chatbots; sin embargo, esto no reemplaza ni el vínculo terapéutico ni el análisis clínico.
- Uso creciente, regulación tardía: Ante la popularidad de la IA como acompañante emocional, psicólogos y autoridades alertan sobre la necesidad de regulaciones para evitar daños colaterales.
La emergencia emocional global y el limitado acceso a terapias humanamente humanas explican parte del auge de ChatGPT como sustituto. La IA cumple un rol de amortiguador en momentos de urgencia: ofrece compañía, estructura y respuestas calmadas. Sin embargo, no puede —no debería— reemplazar el vínculo humano, la empatía auténtica ni la ética clínica.
Fuente: El País, 13/08/2025